Papas con valentina

Estuve en Huelva en el 2013, unos días de vacaciones con mis amigos y otro tiempo para asistir a sus seminarios de doctorado. Al principio esto último no estaba previsto, sin embargo, sucedió debido a circunstancias inesperadas que se abordarán en otro post.

A Dina y Eric los conocí en 2010 a partir de un proyecto en el que colaboramos juntos en Cinvestav. En ese tiempo no éramos tan cercanos, nuestra interacción se ubicaba en el contexto académico-laboral, fue a partir de 2013 que los considero amigos muy valiosos. Y es que abrir las puertas de su casa cuando mis condiciones no eran las ideales, otorgó significado a la palabra amistad. Pasar ese tiempo con ellos significó empatía, alegría y aprendizaje. Por las mañanas acudíamos a los seminarios de doctorado del grupo al que pertenecían en la universidad de Huelva. Algunos días por las tardes Dina y yo veíamos un capítulo de una novela colombiana y comíamos papás con limón y salsa valentina. Lo que podía parecer algo cotidiano se convertía en un momento de calma y sentíamos hasta cierta nostalgia al comer picante en tierras españolas. No existían plataformas de streaming, teníamos que tener paciencia y descargar el capítulo en una página de dudosa procedencia. Eran tardes cálidas y éramos felices con nuestra dosificada ración de papas con valentina. Valoro mucho haber compartido ese tiempo y espacio.

En la foto estamos Dina, Luci y yo en el 2016. Ahora Luci tiene 10 años, lo último que comimos juntas fue el pastel de su décimo cumpleaños.

Querétaro, 27 de agosto de 2025.